LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y ECONÓMICA DE LA NUEVA VIZCAYA

LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y ECONÓMICA DE LA NUEVA VIZCAYA

Los colonizadores españoles en la Nueva Vizcaya como en cualquier otra parte, en esas épocas, se dedicaban a la agricultura, la ganadería y la minería.  Es obvia la dependencia minera de las dos primeras, pero la riqueza minera hacía con las dos se desarrollaran mejor. Muchas veces era más fácil abandonar una mina que la tierra. La tierra era distribuida de acuerdo a las ordenanzas reales, y repartida por el virrey o el gobernador, respetando los derechos de los indígenas.

El título de propiedad era otorgado a los colonos hasta que tuvieran cuatro años de residir en la propiedad.

El maíz era el principal producto de los nativos de la Nueva Vizcaya y la tortilla el alimento principal. El método de plantación del maíz era;  se hacía un agujero en la tierra con un palo, se arrojaba la semilla y se tapaba con tierra. La tierra era preparada con coas o azadones de madera. A la llegada de los españoles, implementaron el arado jalado por bueyes. Además de el maíz y en orden de importancia estaba el maguey o agave, de donde obtenían su bebida favorita, el aztlil, llamado por los españoles, pulque.

Otra planta que crecía en forma silvestre era el algodón, del cual ya aprovechaba su fibra para hacer sus vestidos. Las primeras plantas y granos fueron traídos por Cortés. El trigo se desarrolló muy bien, como ejemplo tenemos a los valles de Nombre de Dios y Durango, donde su producción alimentó a la población de esas regiones.

La tierra era trabajada por los indígenas y no por los españoles, bajo el sistema de encomiendas, implementado desde 1536 para todas las indias y que era un residuo del feudalismo europeo, con la diferencia de que en Europa los trabajadores hacían labores militares y en las Indias, no.

En 1533 se aprobó una ley en la cual se exentaba de impuestos a españoles e indígenas que tuvieran cultivo de pastura. En 1538, durante el gobierno del virrey Mendoza, se nombraron, por el cabildo de México, a los primeros alcalde  de la mesta.

La mesta, al igual que en España, era una alianza de criadores de ganado, para proteger sus intereses, con un sistema jurídico, por el cual se podían aplicar castigos por delitos menores como el robo de ganado, usurpación y daño en propiedad ajena.

El consejo de la ciudad, cada año nombraba a dos alcaldes de la mesta, escogidos entre los dueños del ganado. Estos, junto con cinco miembros de la asociación, sesionaban dos veces al año, el 16 de enero y el 31 de agosto, en donde se discutían todas las disputas, las cuales tenían que ser validadas por el gobernador o el virrey. Los que fueran dueños de trescientas cabezas de ganado menor, veinte yeguas o vacas, eran considerados automáticamente, hermanos de la mesta, o sea, miembros de la asociación.

Durante la época de Francisco de Ibarra, los alcaldes de la mesta, tenían jurisdicción sobre todo el territorio de la Nueva Vizcaya.

El ganado se multiplicó sorprendentemente en los agostaderos de la Nueva Vizcaya. Para 1586, Diego de Ibarra, tío de Francisco, tenía 35,000 cabezas de ganado y Rodrigo del Río, 40,000. Muchas veces se les mataba solo para obtener el cuero y la carne se desperdiciaba a la intemperie. En 1587, llegaron a Sevilla 64,340 cueros mexicanos, en un solo envío.

La crianza de ovejas no fue muy importante en la Nueva Vizcaya, sino hasta el siglo XVIII.

La crianza de caballos y mulas fue muy importante en el valle del Guadiana y Poanas. El caballo fue prácticamente otra arma en la conquista y colonización de toda la Nueva España. El uso del caballo se restringía únicamente a los europeos. Esto tenía su origen en una cédula expedida por Carlos V a la primera audiencia de Mèxico. Pero, durante la guerra del Mixtón, el virrey Mendoza autorizó a ciertos jefes indígenas a montar caballos encabezando a sus militantes.

La reproducción de caballos fue tan grande, que para finales del siglo XVI, los jefes tepehuanos encabezaban a caballo  a los indígenas en la rebelión. Para finales del siglo XVIII los nativos de la parte central de Canadá fueron vistos por los mercaderes de la Bahía de Hudson, montados en los ponis españoles, y no se diga los mesteños en las llanuras texanas.

El oro, la plata y la minería fueron la principal industria de los españoles. Al inicio del descubrimiento de América, en su inicio, todas las minas pertenecían a la Corona. En 1504, ya se podía denunciar una mina y trabajarla, pero el metal se debería llevar a la casa de fundición para ensayarlo, pesarlo y sellarlo. En 1926, con las ordenanzas las minas privadas podía hacerse de propiedad común. En 1884, la pertenencia a la corona fue totalmente desechada y los derechos de una mina pertenecían a quien la descubriera y no a quien la Corona se la asignara.

Inicialmente el impuesto real era un tercio, luego se redujo a la mitad, luego a un tercio, luego a un quinto y luego, como en la Nueva Vizcaya hasta un vigésimo, todo con tal de desarrollar la minería.

Aparte de las leyes reales, el virrey Mendoza publicó otras ordenanzas, que prácticamente suplantaba a las reales.  El 30 de agosto de 1539 se publico la primera ordenanza. La segunda en 1550, y que dice así: 1- Todos los dueños de minas deberán registrar ante un juez sus títulos de posesión. 2- Una copia de las escrituras de las minas deberá ser enviada cada año al virrey.

3 – Cualquiera que descubra una veta que se encuentre localizada a gran distancia o a mil leguas de la otra, puede reclamar su posesión. La denuncia se debe marcar setenta metros al paralelo de la veta y treinta y cinco al meridiano. La denuncia se debe hacer quince días después del desabrimiento, y ante una autoridad real, con descripción exacta de su ubicación. Si la denuncia no se hizo en el lapso de los quince días, solamente se puede reclamar 45 metros por veinte y cinco. 4 – Si dos hombres descubren la misma mina, el primero que la registre ante una autoridad real se considera como el primer descubridor.

El cuarzo es el más común de los materiales  no metálicos asociado a los metales. La dirección de las vetas metálicas se encuentra de noroeste hacia el sureste. El promedio de ancho de una veta es de un metro con ochenta centímetros, excepto la de Veta Grande en Zacatecas, que tiene de nueva a diez metros con un máximo de veinte y dos metros. En Sonora y Chihuahua el metal puede encontrarse superficialmente, pero lo más común es que sea profundo.

La plata puede aparecer de dos formas. Una en la superficie de la tierra en forma de óxidos o combinado con hierro, cloro o bromo a los que se les llama colorados. Otros son los que se encuentran profundamente y que tienen las características primitivas sulfúricas, asociadas con piritas, galena o sulfuro de zinc, y tienen un color negro, llamados metales negros y que son los más comunes. Rara vez se encuentran trozos de plata pura o virgen.

El oro se encuentra principalmente en Sonora, y en Oaxaca y donde existan metales argentinos. Los métodos para sacar el oro por los españoles eran muy primitivos, seguían las vetas, cavaban túneles y galerías, muy defectuosas. Rara vez tenían ventilación y conexiones. El método de dinamitar las rocas se introdujo hasta el 1613. Anteriormente todo era hecho a mano, la roca se quebraba con barrenos de fierro y mazos. El trabajo lo hacían los indios, llamados tenateros. A manera de escaleras se ponía vigas hendidas a manera de escalones.

Principales países productores de oro en el mundo, en el 2025.

Yacimientos de oro en México. Los principales se encuentran a lo, largo del Pacifico, desde Sonora hasta Oaxaca.

Para sacar el agua de las minas, usaban bolsas de cuero atadas con cuerdas que las hacían girar en un engrane de un malacate atados a una mula que lo hacía girar.

En esos tiempos, los indígenas ya sabían como fundir los metales, aunque desconocían el métodos de fuelles. El método de extracción de los españoles era muy primitivo, conocían el tratamiento de la sal para metales argentinos.

Los nativos americanos ya conocían el método de lavar oro. Escarbaban una zanja a lo largo de un arroyo, donde arrojaban la tierra que llevaba el oro, dejaban correr el agua y con ella se iba la tierra, quedando sedimentado el oro. Este era más común entre los indianos, debido a su facilidad para obtenerlo.

Método de obtención de oro nativo con batea en los placeres de las Antillas, izquierda.

Hasta 1545 , España y Europa habían recibido más oro que plata del Continente Americano. El botín que Cortés arrebato en la gran Tenochtitlán, el 80 % era oro y los tesoros de Caxamarca y Cuzco principalmente eran oro. A partir del 1545 fue cuando España se vio inundada de plata de América.

El mercurio o azogue que has servido y conocido desde la antigüedad para la extracción del oro, también fue utilizado por los españoles en la Nueva España. Con el descubrimiento de las ricas minas de plata del Potosí, Zacatecas, Guanajuato y Durango y con la introducción del proceso de amalgamación amontonada o de patio en 1556, la cantidad de extracción de plata fue grandiosa.

El crédito de esta invención se atribuye a un minero de Pachuca, Hidalgo, Bartolomé de Medina, originario de Sevilla, pero el se lo aprendió a otra persona de origen alemán.

El proceso ´´de Medina´´, se basaba en la propiedad del azogue para extraer la platal metal finamente pulverizado y recolectado en forma de amalgama.

´´ Amalgama en frio o por crudo´´.

El material pulverizado por un triturador o arrastre, hecho con cuatro bloques de granito adheridos a cuatro barras de madera cruzada, hechas para revolver en un círculo de más de un metro de circunferencia, movidos por una mula que caminaba lentamente a vuelta y vuelta. Luego el material pulverizado se lleva a un patio, donde se le añade agua, sal común y azogue, hasta conseguir una pasta o torta. Proceso que se aceleraba caminando sobre la pasta removiéndola  al mismo tiempo con palas (repaso).

Cuando el azoguero consideraba que el mercurio había incorporado la mayor cantidad de plata (proceso conocido como incorporo que se alargaba hasta por tres meses según las condiciones del mineral y el clima), se procedía al lavado de la torta.

El lavado de la torta se hacía en grandes recipientes con palas giratorias para separa la lama (tierra e impurezas), de la pella, (masa de azogue y plata), es decir separar los elementos no metálicos de la amalgama.

La pella (producto semilíquido), era entonces introducido en bolsas de lona para que por el líquido fluyera la mayor cantidad de mercurio, filtrado. Lo que quedaba era una masa sólida (piña).

La masa sólida (piña) se calentaba debajo de una campana (capellina) para que el mercurio se vaporizara y se recuperara por enfriamiento. (destilación)

La plata pura que quedaba se fundía para convertirla en barras del  mismo tamaño.

En 1562, cinco años después de este descubrimiento había en Zacatecas treinta y cinco beneficios de amalgamación. (En la ex hacienda de Ignacio Bernárdez, y en el patio, quedan los recuerdos en la forma en que se extraía la plata. Hoy día es el Centro Platero de Zacatecas, A. C.)

El proceso de amalgamación hizo que el mercurio fuese un negocio muy lucrativo. Para 1559 la venta del mercurio era un monopolio de la Corona. Los productores principales de mercurio eran España, las minas de Almadén,  arrendadas a los Fugerr (banqueros alemanes) y las minas de Idria, en los Alpes austriacos. Para 1569, el azogue en México se vendió un 200 % más caro, sin incluir el precio de transporte.

Cuando se descubrieron las minas de Huanacavélica en Perú, ya no fue necesario depender de las minas austriacas y menos cuando se encontraron las de Velardeña, Dgo.

El trabajo minero en esas épocas era hecho por  esclavos negros, que eran sedentarios y más dóciles que los indios. A finales del s XVI muchos tlaxcaltecas y tarascos fueron llevados  a la frontera norte.

Cada encomendero asignaba  a sus indios a trabajar sus  minas, y en el 1551 el trabajo obligatorio, sin pago remunerativo, se abolió.

La persona que no producía se le castigaba con azotes o garrote y si uno de ellos escondía un grano de oro, se le castigaba cortándole la nariz y las orejas, y clavado en un poste se le exhibía.

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