LA RUTA DE ISABEL DE CASTILLA El TIEMBLO Y LOS TOROS DE GUISANDO.

El Tiemblo es un municipio y localidad española de la provincia de Ávila, en la comunidad autónoma de Castilla y León. El término municipal tiene una población de 4445 habitantes (INE2023).

En el año 1445 Álvaro de Luna recibió de parte de Juan II la villa del Tiemblo, previo paso de la segregación de esta del concejo de Ávila el 2 de julio de 1445, obteniendo esta su privilegio de villazgo. En 1453, El Tiemblo, junto a Cebreros, regresó temporalmente a la jurisdicción de Ávila.​ En 1481 los Reyes Católicos dispusieron la transferencia del territorio de la sierra de Iruelas del concejo de El Tiemblo al de Ávila.

El Tiemblo se encuentra situado en el entorno del río Alberche. El municipio es próximo a las localidades abulenses de El Barraco y Cebreros y a la madrileña de San Martín de Valdeiglesias. Está situado en la vertiente septentrional de la sierra de Gredos.

Aquí en El Tiemblo, como a las 10 de la mañana desayunamos. Es una población pequeña con una avenida principal. Continuamos para los Toros de Guisando.   JSG

De El Tiemblo a los Toros de Guisando son como 10 km., por carretera buena, bien señalada, rodeada por cerros arbolados.    JSG

El área de los Toros de Guisando se encuentra pie de carretera, totalmente bardeada.. Con estacionamiento para varios coches.    JSG.

Enfrente del sitio histórico se encuentra el Cerro Guisando, punto de referencia, donde libró una gran batalla Julio César, en la época romana.    JSG

Los Toros de Guisando son un conjunto escultórico vetón que se ubica en el cerro de Guisando, al lado de la Cañada Real Leonesa Oriental, Se datan entre el siglo iv y siglo iii a. C., durante la Edad del Hierro,​ aunque de forma incierta por la falta de contexto arqueológico.

Se trata de cuatro esculturas. Se conocieron cinco hasta el año 1548. Realizadas en granito que representan cuadrúpedos, identificados como toros o verracos (cerdos sementales); se prefiere suponer que se trata de toros, ya que algunas de las piezas presentan en la cabeza oquedades consideradas para la inserción de cuernos.

Las cuatro esculturas se encuentran costado contra costado, formando una línea en dirección norte-sur y todas ellas mirando hacia el oeste, a la loma del cerro de Guisando, del que reciben su nombre, dejando a sus espaldas el arroyo Tórtolas, frontera natural que separa las comunidades de Castilla y León y Madrid.

Tienen una longitud entre 264 y 277 cm y entre 129 y 145 cm de altura. Disponen de basa. En dos de ellos se aprecian inscripciones en latín.

La importancia de la ganadería para la subsistencia del pueblo vetón hace suponer que estas estatuas eran protectoras del ganado. Los cuatro Toros de Guisando son una de las mejores manifestaciones artísticas de la España prerromana. Durante esta etapa, el pueblo de los vetones está asentado en las provincias actuales de Badajoz, Cáceres, Salamanca y Ávila. Aunque poco elaboradas, algunas de ellas dan muestra de un incipiente realismo, pues poseen agujeros para insertar los cuernos y unos suaves surcos paralelos que indican los pliegues del cuello del animal. La gran duda que nos queda acerca de  su función, pues pudo tratarse de esculturas con fines religiosos o funerarios.

Tratado de los Toros de Guisando
Razón por la que estamos en este lugar

El paraje da nombre al Tratado de los Toros de Guisando que allí se firmó el 19 de septiembre de 1468 entre el rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel, la infanta (la futura reina Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica), por el que aquel reconocía la proclamación de esta como Princesa de Asturias y, con ello, heredera al trono de Castilla. Constituye el origen y punto de partida de su reinado (1474-1504)

Tratado, Jura o Concordia de los Toros de Guisando

 Los primeros enfrentamientos que conducirían a la Guerra de Sucesión Castellana habían comenzado en 1464, cuando un grupo de nobles se había rebelado con la intención de hacer abdicar al rey y deponer a su valido, Beltrán de la Cueva. Los nobles rebeldes llegaron a realizar una ceremonia (la Farsa de Ávila de 1465) en la que depusieron simbólicamente a Enrique IV y entronizaron en su lugar a su medio hermano Alfonso. La muerte del infante en julio de 1468 convirtió a la medio hermana de Enrique, Isabel, en la candidata de los nobles rebeldes.

Sin embargo, la infanta prefirió pactar con su medio hermano, utilizando como mediador a Antonio de Véneris. Tras unas vistas realizadas en Castronuevo, se llegó a un acuerdo preliminar, por el que finalizaría la guerra. Ese fue el acuerdo que se formalizó ante los Toros de Guisando. Mediante tal tratado o concordia, todo el reino volvía a la obediencia del rey y a cambio Isabel pasaba a ser princesa de Asturias y recibía un amplio patrimonio. El matrimonio de la princesa debía realizarse solo con el consentimiento previo del rey. Juana, la hija de Enrique IV, quedaba desplazada de la posible sucesión, al declararse nulo el matrimonio del rey y la reina

Ese 18 de julio del año 2024, junto a los Toros de Guisando, nos encontramos con dos peregrinos con rumbo a Santiago de Compostela, con la emoción y torpeza, no hice una buena entrevista con estos caminantes, de el Camino a Santiago. Ya habían caminado 1000 km.   JSG

El Peregrino a Santiago y  JSP, de México

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